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Los valores en el mundo de los aztecas (página 2)



Partes: 1, 2

Lo tercero: es cerca de tu hablar. Conviene que
hables con mocho sosiego; ni hables apresuradamente, ni con
desasosiego, ni alces la voz, ni bajo ni alto en el hablar y sea
suave y blanda tu palabra.

Lo cuarto: es que en las cosas que oyeras y vieras
en especial si son malas, lo disimules y calles, como si no los
oyeres y no mires curiosamente a alguno en la cara, ni mires con
curiosidad especialmente de las mujeres casadas, porque dice el
refrán que el que curiosamente mira a la mujer, adultera
con la vista y algunos fueran punidos con pena de muerte por esta
causa.

Lo quinto: es que guardes de oír las cosas
que dicen que no te incumben, especialmente vidas ajenas y
nuevas. Cuando algunos hablan de vidas ajenas y dicen algunos
pecados que son dignos de castigo, y tú llegas a
oírlos, a ti te será achacado y atribuido lo que se
dice a ti te lo pondrán a cuestas y serás peso y
aún castigado por ello; y según dice el
refrán; pagarán justos por
pecadores.

Lo sexto: es que no esperes a que dos veces te
llamen; a la primera responde luego y levántate luego y ve
a quien te llama y si alguno te enviara a alguna parte ve
corriendo.

Lo séptimo: es que en tus atavíos seas
templado y honesto; no seas curioso en tu vestir, no busques
mantas curiosas ni muy labradas, ni tampoco atavíos rotos
y viles.

Lo octavo: es la manera que has de tener en comer y
en beber; seas avisado, hijo, que no comas demasiado a la
mañana y a la noche; se templado en la comida y en la cena
y si trabajadores conviene que almuerces antes que comiences el
trabajo. (
Ibídem.)

Entre sus máximos valores, tenían la
verdad y a la humildad:

…Que tengáis gran cuidado de haceros
amigos de Dios, que está en todas partes y es invisible e
impalpable, y a él conviene darle todo el corazón y
el cuerpo, y mirad que no os desvíes de este camino, mirad
que no presumáis; mirad que no altivezcáis en
nuestro corazón y tengáis esperanza en dios, porque
si os faltare esto, enojarse ha contra nosotros porque ve todas
las cosas secretas, y os castigará como a él le
pareciese y como el quisiere.

Mira que no sea fingida tu humildad, porque entonces
decirte a de ti Totoloxochton, que es hipócrita; decir se
ha de ti también Tillanixiquipile, que quiere decir hombre
fingido; mira que tu humildad delante de dios sea pura como una
piedra preciosa y muy fina; mira que no muestres una cosa de
fuera y tengas otra de dentro.

Si por ventura merecieres alguna dignidad, y por
ventura merecieres ser algo, si por ventura merecieres ser electo
para alguno de los oficios ya dichos, se humilde y anda muy
humilde e inclinado y baja la cabeza, y regocijados tus brazos, y
date al lloro y a la devoción y tristeza, y a los
suspiros, y a la sujeción de todos; se sujeto a todos y
humilde a todos.

Y nota, hijo mío, que esto que te he dicho de
la humildad y sujeción y menosprecio de ti mismo, ha de
ser de corazón, delante de nuestro señor dios.

(Ibídem).

Y cuando un maestro era falso se le
censuraba:

El falso sabio: como médico ignorante, hombre
sin sentido,

Que dizque sabiduría de Dios.

Tiene sus tradiciones, las gurda.

Es vanagloria suya, suya es la
vanidad.

Dificulta las cosas, es jactancia e
inflación.

Es un río, un
peñascal.

Amante de la obscuridad y el
rincón,

Sabio, misterioso, hechicero,
curandero,

Ladrón público toma las
cosas.

Hechicero que hace volver el rostro,

Extravía a la gente,

Hace perder a los otros el rostro;

Encube las cosas, las hace
difíciles,

Los mete en dificultades, los
destruye;

Hace parecer a la gente, misteriosamente acabada con
todo.
(León, 1959).

A los dioses se les pedía una verdadera
devoción:

En estos ejercicios y en estas obras conoce dios
quiénes son sus amigos y quien ora con devoción, y
les pone en las manos oficios y dignidades de la milicia, parra
derramar sangre en la guerra, o de la judicatura, dónde se
dan las sentencias; y los hace madres y padres del sol, para que
ellos le den a comer y a beber, no solamente al sol sino a todos
los dioses del infierno.
(Sahagún, 1956).

Para todo lo que significaba de sacrificio y esfuerzo el
vivir con rectitud, dentro de la verdad, había sus
recompensas:

Oíd pues, ahora, que os quiero decir como os
sepáis valer en este mundo; como os habéis de
llegar a dios, para que os haga mercedes; todos limpian,
aterezcan donde dios es servido con sacrificio y ofrendas,
aquellos que ofrecen incienso entran a la presencia de Dios.

(Ibídem)

La embriaguez era censurada

Lo que principalmente os recomiendo es que os
apartéis de la borrachera, que no bebáis octli,
porque es como beleño, que saca al hombre del
juicio.

De lo cual mucho se apartaron y temieron los viejos
y viejas, y lo tuvieron por cosa muy aborrecible y asquerosa, por
cuya causa los senadores y señores pasados ahorcaron a
muchachos y a otros quebraban la cabeza con piedras, ya otros los
azotaron.

Este es el vino que se llama octli, que es
raíz y principio de todo mal y de toda perdición,
porque él y la embriaguez son causa de toda discordia y
disensión; de todas las revueltas y desasosiegos de los
pueblos y reinos; es como un torbellino que todo lo revuelve y
desbarata; es como una tempestad infernal, que trae consigo todos
los males juntos…

Es también o causa del octli o pulque, de la
soberbia, de la altivez, y de tener en mucho, diciendo el que lo
bebe con desenfreno, que es de alto linaje, y menosprecia a todos
y a ninguno estima ni tienen en nada y causa enemistades y
odios.

Los borrachos dicen cosas desatinadas y
desconcertadas, porqué están fuera de sí. El
borracho con nadie tiene paz, ni de su boca salen jamás
palabras pacíficas, sino destempladas y que turban la paz
de la republica…

La borrachera deshonra a los hombres nobles y
generosos y tiene en sí todos los
males…

Muy bien dijo el que aseguró que el borracho
es loco y hombre sin seso.

Es hombre de dos caras, de dos lenguas; es como
culebra de dos cabezas, que muerde por una y por otra
parte.

El borracho nunca tiene sosiego y paz, jamás
está alegre, ni come, ni bebe con quietud y paz. Muchas
veces lloran estos tales y siempre están tristes; son
vocingleros y alborotadores de las casas ajenas; después
que han bebido, cuando no tienen hurtan de las cosas de sus
vecinos: las ollas, los jarros, platos y
escudillas.

Ninguna cosa dura en su casa, ni medra en ella; todo
es pobreza y mala aventura; no hay allí plato, ni
escudilla, ni jarro; tampoco tiene que vestirse, ni con que
cubrirse, ni qué calzar, ni en qué dormir; sus
hijos y todos los de sus casa andan sucios, rotos, andrajosos, y
cubren a sus hijas con algún andrajo roto… porque
el borracho de ninguna cosa tiene cuidado, ni de la comida, ni de
los vestidos, ni de los de su familia.

(Ibídem).

El
autosacrificio

El honor era también uno de los más altos
valores espirituales, y se hermanaba al cumplimiento de los
designios de la comunidad. El sabio y el guerrero debían
tener honor, y esto significaba que eran íntegros en su
responsabilidad social.

El valor para controlar el dolor físico, les era
enseñados desde recién nacidos. En algunas fiestas
rituales se les pinchaba los lóbulos de las orejas.
Posteriormente ellos mismos deberían de practicar este
sacrificio.

La destrucción del propio bien, la renuncia a la
satisfacción y al goce en el honor al ámbito de lo
divino, tenía como finalidad la purificación, la
liberación de culpas y, sobre todo, el consagrarse a
sí mismo a lo más alto del mundo espiritual. Se
jugaban muchos significados en esto y se practicaban distintas
técnicas.

AUTOSACRIFICIO EXIXTENCIAL

Enfrentando a todos los conflictos de su propia
existencia, a las coordenadas opuestas a su destino, ante la suma
de todo lo que le ha sido negado, y midiendo su ser por medio de
las frustraciones, llega a caer en el autosacrificio por
considerar que por conducto de esto lo adverso de las fuerzas
naturales y las dificultades de su propia existencia se
transformarían en algo propicio y
benéfico.

AUTOSACRIFICIO POR CULPA

Uno de los principales sentimientos de culpa fue aquel
que resultaba del placer excesivo; para librarse de los
remordimientos se autocastigaban, logrando mediante ese
daño hacia sí mismos, la liberación de la
culpa, la conformidad y la paz.

AUTOSACRIFICIO EXOSCISTA

Decían los aztecas que los adúlteros se
habían dejado seducir por el principio femenino, el
llamado otlomaixic nemini, aquel que desata la pasión y
entorpece la cordura.

Para purificarse, para exorcizarse, se autosacrificaban
en una encrucijada de caminos, donde supuestamente estaba ese
fluido.

AUTOSACRIFICIO COMO CREACIÓN

Ligados a los aspectos más elevados de la
doctrina de Quetzalcoatl, aquellos que impulsaron la
creación y la belleza, entre ellos se encuentra el del
dolor que toda acción positiva lleva en sí misma.
El parto doloroso de la creación se ha simbolizado en
forma de dardo que hiere y sangra las flores: lo que punza y
penetra dañando la interioridad del hombre, del ser,
dignifica y trasciende (Díaz, 1992).

AUTOSACRIFICIO POR AGRADECIMIENTO

La emoción optimista se apodera también de
los hombres que tienen de redescubrir diariamente el milagro de
todas las cosas creadas. El mito de la creación del mundo
por medio del sacrificio de los dioses, despierta el
agradecimiento del hombre. Ante aquellos dioses arrojados ante la
hoguera, el hombre comprometido se auto sacrificaba como
respuesta de gratitud, sintiendo que ganaba el derecho de
participar en la vida.

AUTOSACRIFICIO POR TEMOR

Por los instantes ante el inmenso temor ante las
incógnitas de la naturaleza y como forma de controlar el
peligro o evadirlo, los hombres hacían penitencias y se
autosacrificaban para librarse de los influjos
negativos.

Predestinación y sacrificio en aras de la
hegemonía política e ideológica del mexica,
fue lo que constituyó la columna vertebral de su forma de
ser y su concepción del mundo. Al mexica lo educaron para
obedecer a toda persona superior, ya fueran los padres,
sacerdotes o gobernantes, con tal disciplina que cualquier forma
de sacrificio corporal, por muy doloroso que fuera, siempre lo
aceptaron. Con ello el pueblo se convirtió en una
estructura monolítica, obediente, obsesiva y
fanática, pero al mismo tiempo sensible y creativo
(Díaz, 1992).

Control educativo
sobre el instinto sexual

EL MUNDO DE LAS PASIONES

El temor de que las pasiones se adueñaran el
hombre (consejo permanente de Quetzalcóatl) hizo que las
autoridades pedagógicas dieran prioridad a la forma de
controlar el instinto sexual y la agresión (Díaz,
1992).

La experiencia que han tenido casi todas las culturas
cuando han dejado en libertad los instintos, cuando el placer
sexual y la agresión escapan indiscriminadamente, ha
tenido un alto precio: inseguridad, angustia e infelicidad
sociales. Por eso los pueblos dictan leyes, crean tabús y
fijan los castigos para los transgresores; sancionan cualquier
alteración a sus normas. Más no sólo
amenazan o reprimen, sino que valiéndose de principios
educativos, éticos o estéticos, muestran la forma
de conducir un instinto hacia metas positivas socialmente
benéficas y aceptables.

La conciencia de los mexicas y de todos los
prehispánicos logró captar, en las experiencias y
en el saber, el sentido dinámico de las pasiones como
parte integral de hombre; el mismo Quetzalcóatl (ideal de
virtud para los aztecas) desconcertado y perplejo,
descubrió con dolor su mundo pasional; el mismo profundiza
en la esencia humana, la analiza, la vuelve consiente, da a
conocer las tendencias y los impulsos, para frenarlos,
transformarlos o darles solución.

Muestra el mundo pasional desde distintas perspectivas:
la interior, la tendencia innata del hombre hacia la
perversión y la destrucción; y la exterior, las
fuerzas negativas de la naturaleza, las circunstancias adversas
que transforman y dañan al hombre impulsándolo
hacia el mal y el desorden.

Para dominar los aspectos interiores se llevan a cabo
disciplinas de autocontrol. Y para entablar la lucha contra las
fuerzas negativas de la naturaleza que apresan y predestinan al
hombre, los sabios seguían el concepto de
Quetzalcóatl en base a un calendario mágico
adivinatorio, el tonalamtl, que fijaba el destino individual bajo
un formulario de condiciones diversas, según la fecha del
natalicio.

En el Tonalpohualli están marcados las
relaciones del hombre con los días y meses del año
denominados por el sexo y la agresión. Una compleja red de
dioses, animales y objetos es la instigadora de la sexualidad y
de la ofuscación colérica; por lo tanto,
tenía fórmulas mágicas para protegerse. La
tarea de los maestros tlamatimini era la de ilustrar al
pueblo sobre todos estos peligros:

Xolotl, el "Gemelo precioso", llamado
así porque representa las dos imágenes de Venus
(matutino y vespertino), fue enviado al mundo para encender las
pasiones humanas. Cuando aparecía en el alba,
después de haber recorrido el inframundo, mucho se le
temía, pues emergía de los profundos vados cargado
de maleficencia y de energía pasional.

Xochipilli, joven dios del maíz,
derramó la alegría, amor, la recreación, el
arte, los juegos y los cantos, la mímica y las artes
plásticas. Sin embargo, había de cuidarse de bailar
y de cantar con mesura, porque todo exceso de alegría
producía finalmente desasosiego y locura.

Se debía además evitar la vanidad por las
cosas creadas, y el mismo arte no debía ser pasional, sino
un producto de la armonía interior, del equilibrio, las
cuales dan la perfecta belleza.

Xochiquetzal, flor preciosa, deidad de las
flores, era diosa del amor hermoso, del canto de las cosas
gratas, consejera del placer. De ella se aprendía la
mesura en las emociones y sentimientos. Por ella se podían
embellecer los afectos a fin de que fueran justos.

Ayotl, la tortuga, era el animal que
acompañaba a los artistas de la música, el baile y
la diversión. Tipificaba el placer.

El ozomatl, el mono, animal de la
diversión, está relacionado también con el
canto y la danza. Significa la mañana, las habilidades, el
placer prohibido y el pecado.

Mayahuel, "la de las 400 tetas". Quien
descubrió el arte de rapar el maguey, era una de las
diosas de la embriaguez.

Chicomecóatl "siete serpiente", "la que
tiene nuestro sustento" dictaba los ritos del comer y de la
moderación. Mediante ella se controlaba la
gula.

Tochtli, conejo, el animal de la vida, de la
alegría de la vitalidad, relacionada también con
los dioses del pulque, desencadenaba la embriaguez y el
desenfreno pasional.

Colotl, el alacrán, era símbolo
del sol, de lo caliente, de lo encendido, del ardor de la sangre
que produce lujuria. Su simbología concreta un conflicto
básico: evadir la responsabilidad del erotismo.

Ahuiateotl, es el dios de la lujuria, y aparece
de modo casi simultáneo al periodo en que se genera el
aumento de erotismo de algún personaje, especialmente
durante los días nefastos en que la influencia del pecado
resulta peligrosa.

Coyotl, coyote, lobo aullador, de instinto
sexual muy desarrollado, era temido por su sagacidad para
encontrar pareja, la exagerada forma de expresar su
líbido, su apetito sexual, el largo tiempo que dura en su
coito y su rápida recuperación para volver a
repetirlo.

Cipactli, el caimán, ligado a la tierra
y a la posibilidad de fertilización.

Tocatl o araña, emblema del poder
maléfico femenino; en su telaraña aprisiona a los
hombres dentro del influjo pasional.

Cuetzpallin, la lagartija, animal desnudo,
cargado de potencia creadora, emblema de lujuria y obscenidad,
aparece en los códices estimulando el placer.

Iztlacoliuhqui, el Señor del Pecado,
aparece con los ojos tapados, simbolizando la ceguera que causa
el exceso del placer.

Tlapalcóatl o serpiente roja, se
presenta junto al pecador; su color evoca la congestión de
la excitación sexual.

Ahuianime, "la alegadora"; era la que
vivía del placer. Era la voluptuosidad siempre en acecho,
dispuesta a satisfacer la solicitación sexual de los
hombres en estado de abstinencia o de adulterio. Era la
provocadora, la que hacía olvidar a los hombres su propio
rostro y corazón.

Ocelot, el jaguar, cuando en forma de
Tepeyollotli se refugiaba en las cavernas, invitaba al
hombre al pecado.

Todos estos símbolos aparecían en los
códices, en las vasijas, en los muros de las casas y
monumentos, para advertir a los hombres todos los peligros
existentes y enseñarles la manera de poder
evitarlos.

En el Calmacac se decía:

…Los viejos y ancianos, y sabios entendidos
en los libros de nuestra doctrina, dejaron dicho que los que son
de limpio corazón, son muy dignos de ser amados, los
cuales son apartados de toda delectación carnal y sucia; y
porque son preciosos los que de esta manera viven, los dioses los
deseas y los procuran, y los llaman para sí, los que son
puros de toda mancilla y mueren en la guerra.

Nota, hijo mío, lo que te digo, mira que el
mundo ya tiene este estilo d entregar y multiplicar, y para esta
generación y multiplicación ordenó dios que
una mujer usase de un varón, y un varón de una
mujer; pero esto conviene se haga con templanza y con
discreción; no te arrojes a la mujer como el perro se
arroja a lo que ha de comer, no te hagas a manera de perro a
comer y tragar lo que le dan, dándole a las mujeres antes
de tiempo; aunque tengas apetito de mujer, resístete,
resiste a tu corazón hasta que ya seas hombre perfecto y
recio; mira que el maguey, si lo abren de pequeño para
quitarle la miel, ni tiene sustancia ni da miel, sino pierdese;
antes que abran al maguey para sacarle la miel lo dejan crecer y
venir a su perfección, y entonces se saca la miel.

(León, 1959).

Padres y maestros daban las recomendaciones a sus hijos
y jóvenes en formación por medio de
anécdotas y consejos:

Así serás tú, que si
frecuentares la delectación carnal, aunque sea con tu
mujer solamente, te sacarás y así te harás
mal acondicionado y mal aventurado, y de mal gesto, ni a nadie
queras hablar, ni nadie querrá hablar contigo, y
andarás enfrentado.

Nota un ejemplo acerca de este negocio:

Un viejo muy viejo y muy cano, fue preso por
adulterio, y fuele preguntado que siendo tan viejo como no cesaba
del acto carnal. Respondió que entonces tenía mayor
deseo y habilidad para el acto carnal, porque en el tiempo de su
juventud no llegó a su mujer, ni tampoco en aquel tiempo
tuvo experiencia del acto carnal, y por haberlo comenzado
después de viejo, estaba más potente para esta
obra.

Quierote dar otro ejemplo y nótale muy bien, para
que te sea todo como mochila, para que vivas constantemente en
este mundo:

Siendo vivo el Señor del Tezcuco, llamado
Nezahualcoyotzin, fueron presa de viejas, que tenían la
aveza de blanco como la nieve de viejas, y fueron presa porque
adulteraron e hicieron traición a sus maridos, que eran
tan viejos como ellas, y unos mancebillos sacristanejos tuvieron
acceso a ellas.

El señor Nezahualcoyotzin, cuando las
llevaron a su presencia para que las sentenciase,
preguntólas diciendo:

Abuelas nuestras, ¿es verdad que
todavía tenéis deseo de deleite carnal?
¿Aún no estáis hartas siendo tan viejas como
sois? ¿Qué sentíades cuando érades
mozas? Decídmelo, pues estáis en mi presencia por
este caso:

Ellas respondieron: señor nuestro rey, oiga
vuestra alteza; vosotros los hombre cesáis de viejos de
querer deleitación carnal por haber frecuentádola
en la juventud, porque se acaba la potencia y la simiente humana;
pero nosotras las mujeres nunca nos hartamos, ni nos enfadamos de
esta obra, porque es nuestro cuerpo como una sima y como una
barranca honda que nunca se hincha, recibe todo cuanto le hechan
y desea más y demanda más, y si esto no hacemos no
tenemos vida.

Esto te digo, hijo mío, para que vivas
recatado y con discreción, y que vayas poco a poco y no te
des prisa en este negocio tan feo y tan
perjudicial.

El humanismo de
Quetzalcóatl

Los mexicas como pueblo adolescente, sin cultura, sin
"rostro" ni identidad, con una trayectoria inicial de pobreza y
de los malos tratos, tuvieron la habilidad y el talento de
asimilar todo aquello relevante a las culturas de los pueblos con
los que se iban relacionando. A esta mezcla de influencia,
agregaron su propio espíritu de generó la cultura
mexica, propiamente dicha, dotada ya de ciertas peculiaridades
(Díaz, 1992).

Básico para el desarrollo mesiánico de
este pueblo, fue la sólida estructura humanística,
creadora de valores estéticos y morales, cuyo paradigma
fue el pensamiento filosófico de Quetzalcóatl,
doctrina y concepto que llevó a teotihuacanos, toltecas y
muchos otros pueblos a una culminante ciencia de
apreciación y compromiso con todo lo existente. Los mexica
participaron con entusiasmo en la tarea Quetzalcóatlica
que no es otra cosa que la transformación del hombre en
luz, en conciencia pura.

Del influjo de Quetzalcóatl se activó un
movimiento en Mesoamérica, sin paralelo, una ardiente
vocación hacia la trascendencia, una incansable
energía vital que surgió del interior de miles de
hombres para transfigurar la historia.

Sobrepasaba la individualidad y todo egoísmo por
la dedicación a esta tarea, los discípulos de
Quetzalcóatl, grupo de "corazones iluminados", dominaron
mediante una ininterrumpida creación colectiva, mil
años de historia en el período prehispánico,
en el que los aztecas fueron, en los últimos 200
años, su mejor baluarte, el dinamismo más fuerte,
la cristalización de los más exaltados
ideales.

La doctrina quetzalcóatlica, de gran riqueza
espiritual, se refería a superar todo lo referente al
orden de la materia, e iluminaba el camino con la luz que surge
del corazón encendido y que hace brotar lo mejor del
hombre: su vocación creadora.

La enseñanza en el Calmecac se traducía
como la actividad de salvar la existencia humana del
aniquilamiento, en una voluntad de movimiento, de acción
para transformar el mundo. Esta posibilidad del hombre
sólo alcanzará la plenitud mediante el dominio que
logre de si mismo, templando el espíritu en la
autodisciplina y el desprendimiento progresivo de las pasiones.
Pero en la enseñanza de Quetzalcoatl sus preceptos no
fueron lo principal, sino el ejemplo, trasmitido por la leyenda,
fraguado en la propia experiencia del pueblo nahua, que a su
semejanza reprodujo la aventura colosal de la creación
siempre en búsqueda de la perfección interior
(Díaz, 1992).

El mismo nombre, Quetzalcóatl, representa a la
serpiente, la materia que se empluma, que se embellece, que
adopta las alas para ascender a lo espiritual. Es la tierra que
aspira al cielo. Y los discípulos de Quetzalcóatl
supieron emplumarse, alarse, para elevar su terrenidad al cosmos
(Díaz, 1992).

Bibliografía

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    México.

 

 

Autor:

José Luis Villagrana
Zúñiga

Maestrante de la Unidad Académica de
Economía, Universidad Autónoma de Zacatecas.
Zacatecas, México.

Fecha de elaboración: 2010-agosto-12.

Partes: 1, 2
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